Cúando me refiero a niños pequeños, estoy hablando de, más o menos, los que tienen desde los 12 hasta los 30 meses. Bebés grandes que ya caminan – con más o menos estabilidad- y que nos deleitan con sus medias frases.
La decisión de hacer su sesión de fotos al aire libre es acertada para esta franja de edad. Ahí no hay miedo del lugar desconocido,ni asociaciones con el médico, no hay posibilidad de susto con los flashes, y además, pueden salir huyendo lejos de la fotógrafa(yo) si quieren.
Me gusta proponerles algunos juegos sencillos para llevarlos hacia el sitio que quiero y conseguir distintas emociones para capturar con mi cámara. Algo tan simple como llenar un bote de piedras, o recoger unas flores. Esconderse tras una muselina, o correr escapando de papá.
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En estas sesiones me gusta trabajar casi la totalidad de la sesión con mi teleobjetivo más luminoso. Este me permite guardar cierta distancia, fomentando así un juego más real en el que no están pendientes de mi, además de obtener un entorno con mucho desenfoque dónde los que destacan son mis pequeños protagonistas. Además, puedo aprovechar la luz mágica de la puesta de sol.
Los niños suelen estar muy relajados en estas sesiones. Ayuda muchisimo el aire libre, el entorno de naturaleza en el que para ellos todo puede convertirse en un juego. También el que yo me mantenga algo lejos y no invada su espacio.
Hacia el final de la sesión, me gusta hacer algunos planos más cerrados y con la mirada más centrada en la cámara si ellos me lo permiten. Llevan un buen rato acostumbrándose a mi presencia y suelen accercarse a mi para interactuar, asi que es el momento de aprovechar para tomar algunas imágenes de retrato.
Espero que te hayas hecho una idea sobre cómo són las sesiones al aire libre con niños pequeñitos. Si te gustaria contratar una sesión para ti o para regalar, pideme información sobre disponibilidad i precios aqui.